lunes, 20 de septiembre de 2010

Jesús Amigo



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La coordinadora de la catequesis de una iglesia dudaba de la madurez espiritual de una niña con Síndrome Down que había asistido a las clases junto con otros niños que se preparaban para hacer su primera comunión. Ante la insistencia de la maestra que estuvo a cargo del grupo, mandó llamar a la pequeña para hacerle una sencilla prueba que le ayudaría a decidir si estaba lista para recibir a Jesús.

“Mira” le dijo, “¿ves esto?” a la vez que le mostraba en una mano un crucifijo y en la otra una hostia consagrada. “¿cuál es la diferencia?”

la niña sin pensarlo mucho respondió: “Aquí” – señalando el crucifijo- “parece que está Jesús, pero no está” y “aquí” – volviéndose a la hostia consagrada – “aquí si está!!! aunque no lo puedo ver”


Jesús está en la Eucaristía, y cada vez que nos alimentamos con ella, fortalecemos nuestra alma para que cada día podamos amar más y mejor.